Aquel día,en el extenso jardín de la familia Meendenson las hormigas
se reunieron en el hormiguero para asistir a una muy importante
ceremonia: Para la ceremonia de la emigración. Todos los años, la
hormiga reina hacía venir a todas las hormigas, para decidir que
hormigas habían trabajado lo suficiente para poder ser libres y visitar
el enorme mundo donde se encuentran. Pero, este año para una de esas
pequeñas hormiguítas, era el más importante. Por que estaba segura que
emigraría junto a su grupo. Esa hormiga se llama Sol, y es la que más
ganas tiene de visitar otros jardínes. Aunque... Si tan importante es
para ella, ¿Qué está haciendo dormida? El reloj de arena que tiene Sol
en su cuarto del hormiguero se le olvidó ponerlo, por lo que cuando ella
se levanta, mira el reloj atónita.
-¡Vaya, que tarde se me ha
hecho!- Exclamó Sol, después de vestirse con un chaleco. Salió de su
cuarto ágil, esperando que no fuera demasiado tarde. Pero, la cruda
realidad pudo con ella. Cuando llegó la importante ceremonia que llevaba
esperando todo el año había terminado. Ahora la única hormiga visible
era la reina que estaba recogiendo los papeles que tenía preparados.
-Sol...
ya que estás aquí.- Ella suspiró, enormemente frustrada.- Tu actitud
refleja la de todo el año, siempre te librabas en las recogidas de
alimentos, nunca te molestabas en limpiar el hormiguero... Eres y serás
siempre un desastre, Sol.
Sol, incrédula mira hacia el suelo, y la reina hormiga suavemente le deja sobre su mano unos papeles donde ponen todos los nombres de las hormiga, todas ellas estaban con un ``tick´´, que significaba que podían emigrar, excepto Sol.
-Pero...- Sol va a replicar, pero cuando ella miró donde hace unos segundos estaba ella solo vio su sombra inalcanzable, en todos sus conceptos. Derrotada, calló al suelo de rodillas y sollozó desconsolada. Sabía que no tenía oportunidades hasta el año que viene. Después de más de una hora llorando, se levantó,pero ya no sentía rencor con la hormiga reina. Sentía rencor contra ella misma por haberse tomado el año con tan poco interés. A partir de ahora será la mejor hormiga del patio de los Meendenson.
Por el camino de vuelta a su dormitorio encontró a muchas hormigas, algunas le dijeron que debía quedarse allí, otras que tuviera un buen año, y otras despectivamente `` Ahí esta la dormilona´´. En todo momento, ella siguió mirando al frente, pensando con claridad que pasaría de ahí para adelante.
Al día siguiente, trabajó todo el día, al siguiente también y al otro. Hasta la siguiente ceremonia, en la que evidentemente salía en primer puesto su nombre. El resto de su vida tuvo por delante una gran lección que aprendió en el patio de los Meendenson: Hace más el que quiere que el que puede.
FIN
Relato escrito por:
Dragón Soñador.